jueves, 19 de septiembre de 2013

Coherencia

Los apuntes esparcidos por la mesa y la ropa por la cama. En el suelo la mochila tirada de cualquier forma y ella sentada frente al ordenador, vestida con una camiseta grande y los rizos recogidos con una pinza que podríamos llamar 'pinza de escribir'.

Quizás sea este teclado lo que me ate a la realidad, realmente. Mi teclado y mis bolígrafos, mientras mi mirada se pierde en algún punto más allá de la pizarra en clase. ¿De verdad creen que atiendo todo el rato? Muchas veces mi mente está mucho más lejos, divirtiéndose entre las líneas de algún escritor que me entretenga o saltando de verso en verso, besando unos labios que no son ni los suyos ni los tuyos, mordiendo algún que otro corazón, dejando una pequeña marca de mi paso por él.

Siempre quedará la valla que saltar, la que bordea mi corazón y se le clava ahí, justo entre ventrículo y ventrículo.

Quién sabe. Tal vez algún día mis sentimientos sean casi tan coherentes como los tuyos,
o sea, menos que nada.

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